Friday, February 14, 2014

Sevilla: ¿qué me hiciste?

La verdad es que no he andado con muchas ganas de escribir sobre mi escapada a Sevilla porque sospecho que me van a bajar nuevamente todas las ganas de comprar pasajes...siendo que recién llegué el Lunes.

¿Aaaaaaay, maravilloooooosa Sevillaaaaaaaa que has hecho de miiiii? (favor releer lo anterior como canto flamenco)

Bueno, ya, démosle no más.

El viaje partió después de mis clases el Jueves, a las cuales fui con maleta y de donde salí corriendo como relámpago para atrapar el avión. Por mucho que tuviera 3 horas, el aeropuerto estaba lejos y Londres andaba colapsada por le huelga del Metro.  Además que el clima estaba horrible... combinación ideal para viajar.

Pero bueno, cuento corto, llegué al aeropuerto y tipo 9 de la noche ya estaba en Malaga donde pasaría la noche para luego tomar el tren en la mañana. Aquí aun nada que contar salvo por el increíble calor que hacía (18 grados) y el primer contacto con la simpatía andaluz vía un taxista que en seguida empezó a tildar los ingleses de inútiles (a titulo de nada)  pero de forma tan cómica que no ofendía a nadie. Y me encantó que todos te dicen "guapa"...excelente habito que todos deberían de adoptar.

Pues bien, el Viernes temprano partí a la estación de trenes dooooonde...(chan chan chan)... y no lo van a creer...deje mi enorme billetera blanca con toda mi plata y tarjetas en una banca azul durante más de hora y media...Y NO LE PASO NADA POR LA  (censurado)!!!  Y es que no lo podía creer...o sea...esas cosas NO PASAN...no en una banca abandonada en una estación de trenes en España. Así que sin pudor les digo que el Domingo fui a misa y de paso agradecí a mi madre por sus miles de oraciones diarias a mi favor. Claramente EL de arriba se apiado de mi porque mi super mama me tiene mega encomendada; estoy convencida de ello.

Bueno, después de ese episodio en el cual casi perdí toda compostura y calma, cogí el tren a Sevilla. Son poco menos que tres hora y por mucho que me prometí que iba a leer algo para las clases, terminé escuchando música y admirando el hermoso paisaje.

Ya, al plato de fondo...SEVILLA. BELLA...pero así BELLA. Y eso que me toco un clima de mierda tanto el sábado como el domingo...y cuando digo mierda, I mean it. Lluvia contante pero peor aun, un viento violento que me quebró dos paraguas y que hizo que pasara más tiempo de lo deseado en el hostal (parece que resultó ser un huracán que venía de Cadiz, no estoy segura).

La vista de la Catedral desde el hostal
Y sin embargo me fui con el mejor de los recuerdos de Sevilla, lo cual se debió principalmente a La Banda Rooftop, el hostal donde me quede. Sí, sí...no suelo hablar de los lugares donde me quedo pero este fue tan esencial en mi estadía que amerita a lo menos un párrafo.
A la Banda llegué por su excelente rating en hostelworld tras decidir al ultimo minuto que no quería quedarme un hotel después de todo. Fue una tincada total que respondió más a ganas de socializar que a razones económicas, que digamos (aunque para que venir con cosas, me salió mucho más a cuenta el hostal).
Anyway, podría hablarles de la increíble ubicación, de las cómodas camas, de la limpieza...pero este no es un blog de recomendaciones así que chau. No, les hablaré de los chiquillos dueños del lugar: Ollie, Samuel, Tom y Richie. Todos veinteañeros, todos ingleses...y todos un amor de personas. No hubo dato que no me dieron, conversación que no me aguantaron (y eso que les hablaba a ratos de puras tonteras) y ayuda que no prestaran. Las pocas fotos nocturnas que saqué se las debo a que Samuel me presto un paraguas gigante que me permitió disfrutar algo de la cuidad antes de quedar empapada. Un siete. 
¡¡Y además cocinan rico todas las noches!! Fue en esas instancias que pude conocer a los otros viajeros y disfrutar de buena conversa y compañía durante esos laaaargos momentos muertos en que la lluvia nos tenía a casi todos encerrados. Realmente, el hostal me salvo de posiblemente odiar Sevilla y su mal clima. Insuperable atmósfera...vayan si alguna vez están por allá, vale la pena.

Ya, pasado el momento de adoración les cuento un poco más de la ciudad. A pesar de ser la 4ta ciudad más grande de España, el centro se siente chico y accesible y se recorre con facilidad. Para la gran felicidad del turista, todos los lugares típicos están cerca uno del otro y no requieren grandes desplazamientos. Comodidad máxima.

Tengo que reconocer que fue un atino mayor el ir al Alcázar Real el mismo día que llegué ya que si bien no pude verlo entero, sí recorrí gran parte Y CON SOL (esto gracias a la bendita recomendación de Samuel). ¿Porqué el sol es importante, dirán? Por los preciosos jardines, punto. Los amé, fueron la parte más linda de un lugar ya hermoso, con su arquitectura mora y miles de encantadores detalles. Pero los jardines son geniales, con sus laberintos, vegetación exuberante y naranjos. 

Sevilla es ciudad de naranjos, están en todas partes y son hermosos. Lamentablemente, por muy coloridas y bellas que se vean las naranjas, al parecer son muy acidas e supuestamente incomibles (no lo quise comprobar).

De regreso al Alcazar, fui acorralada por una gitana que me leyó la suerte...rookie mistake de primera clase pero bueno, nada que que hacer una vez que pisas el palito y aceptas el romero "de regalo". Me costaron 4 Euros las dos palmas pero al menos la suerte me salió excelente, jajaja. O sea, me vieron excelente pega, marido alto y moreno, hijos, amor,  todo....de hecho le pregunte-no-tan-buena-onda a la gitana si le decía lo mismo a todas las mujeres. Uuuuf, se ofendió y me dijo que cada uno tiene su propia suerte. Así que filo, why not?  A pesar de lo penca que se sintió caer,  opté por quedarme con las felices predicciones, jajaja.
Naranjos

Ando ejecutiva así que les describo el resto del viaje por día.

Sábado: walking tour bien interesante con un Sevillano. Unica lata es que lo hizo en inglés pero igual le metí conversa en castellano.El chico cachaba ene y resulto ser de los mejores tours que he tomado hasta ahora. En la tarde, archivos de india. Este lugar al parecer sólo emociona a los Latinoamericanos, quienes entienden su importancia en la conquista y la historia colonial. De hecho, la mayoría de los gringos ni lo tenían en el radar y parece que no es de lo que más se propone para visitar. Yo sin embargo fui porque una amiga me lo recomendó por una exposición que tenían sobre la conquista del Pacifico. Mientras caminaba por los pasillos no paraba de pensar en lo emocionante que tiene que ser poder explorar toda esa colección de documentos...¡y todos originales! Me comentó el guía que dejaban a los estudiantes de historia entrar a los archivos mismos (de todo el mundo, así que ya saben)...es una pena que a los abogados no, siendo que harto de los orígenes de nuestro derecho esta documentado ahi.
¡Olé!
Y en la noche...shooooow de Flamenco. Aquí también recomendado tanto por el hostel como por la Fran. EXCELENTE. Ni voy a tratar de describirles la pasión del baile y la emoción que transmiten. Sólo dire que me llegaron a dar escalofríos cuarticos y salí con unas ganas de pasar toda la noche bailando tal Carmen. INCREIBLE.

Domingo: lluvia y más lluvia...aunque fui a misa a la Catedral. No sé si recomendaría ir a misas en catedrales...son muy grandes e impersonales (aunque concedo que no tengo mucha experticia en el tema). Pero el organo era aplastante y escucharlo fue un privilegio absoluto. Como que me imagino que la entrada al paraíso con semejantes instrumentos transmitiendo la intensidad del momento. Los distintos himnos también eran lindos, pero mi vecino de banca cantaba tan como el hoyo que se me hizo difícil escucharlos y apreciarlos de verdad.

No recuerdo mucho más que lluvia ese día...o sea, fue al parasol ese pero ni lo disfruté porque a esa hora la lluvia no sólo había llegado a su peak pero además caía horizontalmente por el viento, mojando el triple. De hecho, cuando volví al hostal estaba completamente empapada. El domingo tuve que cambiar 2 veces de pantalones por el agua...si hasta mis increíbles botas de combate murieron en Sevilla. Hablando de, descubrí que la mejor forma de proteger los pies son con bolsas de plástico...claramente no es una movida muy elegante pero con botas, es super util y pasa piola. Fue lo que me permitió sobrevivir el resto de viaje ya que el interior de mis botas no se secaba con nada.

El Lunes en la mañana madrugué para disfrutar del maravilloso sol que había regresado. Fui a la Plaza de España, uno de los tantos monumentos que se construyeron en Sevilla para la expo Iberoamericana de 1929. Sevilla está lleno de pabellones hermosos y que en en varios casos están vacíos ya que no se sabe que hacer con ellos... yo propuse que nos mandarán un par a Chile que hacen falta.

Mis ultimas horas las pasé en los parques, cosa que ya se está haciendo tradición y que me relaja un montón. Además que realmente los parques allá son bellos con su onda media tropical y todas sus tonalidades de verdes vivos.

En una nota nada que ver, estoy feliz porque no sólo me están quedando mejor los autorretratos pero también ya no me da tanta paja pedirle a la gente que me saquen fotos.

El post me ha quedado largo pero no puedo dejar de hablarles un par de lineas de Málaga donde tuve que pasar un par de horas a la espera de mi vuelo.

En el centro de Málaga

Sólo pude ver algo del centro pero lo que vi me encanto y me convenció aun más que TENGO que volver a Andalucía.  Realmente quede encantada con sus calles, su ambiente y su clima exquisito. Y a todo eso ponganle que está frente al mar (me emocione mil al verlo, puchaaaa que me hace falta al agua) y que hay pocos turistas.  Fue sin duda amor a primera vista.

Podría contarles mucho más en verdad...sobre la amabilidad andaluz, la gente que conocí y todos esos rincones perdidos que me emocionaron en cada esquina. Pero como dije antes, hay cosas que me cuestan expresar...y es que Sevilla fue de esos lugar que se metió debajo de la piel, invitándome a sentir más que a pensar, a gozar más que intentar captar lo inabarcable.

Sin duda, volveré...y pronto.