Monday, January 20, 2014

Alemania I

Alemania...

Sí, lo reconozco...todas mis buenas intenciones de relatar el viaje mientras lo hacía quedaron en nada. De hecho, ni sabría decirles el porqué, dado que tiempo tuve. Faltó inspiración no más.
Obviamente en un post no pretendo relatar el viaje entero sino que me dedicaré a reflexionar más que nada y recordar los mejores momentos.

Lindo lindo Rin
Mi itinerario fue más o menos así e incluyó lo siguiente: pueblitos del Rin, Colonia, Hamburgo,
Lübeck, Berlin, Múnich y Hohenschwangau, donde se encuentra el famoso castillo de Neuschwanstein (me costó pero finalmente puedo pronunciarlo). Fueron un total de tres semanas y muchas horas pasadas en los maravillosos trenes Alemanes. Onda, ATINADO el comprar el German Rail Pass, de verdad. Creo que por los 210 Euros que me salió, viajé más de 300 Euros y con toda la flexibilidad de poder tomar el tren que quería, cuando quería. Lo recomiendo.

Anyway, el viaje.

Era mi primer viaje sola. Sí, ¿raro, igual. no? Yo que he viajado tanto, nunca había viajado totalmente sola antes y claramente estaba en deuda conmigo misma.
Para serles honestas, hubo momentos en que odié estar sola, especialmente cuando las fotos que les pedía a otros turistas salían horribles y me daba lata volver a molestar. Mal, para la próxima pediré a diez personas diferentes que me saquen fotos y por estadísticas alguna tendrá que salir bien. Y obvio que había ratos en que miraba a las parejas o grupos de amigas me preguntaba porqué yo estaba sola.
Pero, ¿saben? Me terminó por encantar. Onda, suena cliché pero realmente no hay nada mejor que la libertad de tener tu propio itinerario y hacer lo que realmente quieres. Es genial, y punto. De hecho, me quedo gustando y de a poco pretendo perfeccionarme en el tema.

Y volviendo a Alemania...

Mercados de navidad, everywhere
Al Rin ya había ido en el 2006 cuando quede varada en Europa camino al Líbano cortesía de los Israelis,  y decidí que mejor era aprovechar y visitar mi tía que vive en St. Goar.  No, es muy probable que nunca hayan escuchado hablar de St.Goar porque es un pueblito muy chico que muere en invierno y cuyo atractivo turístico se dirige a viajeros de la tercera edad.  Bueno, igual fui con la promesa de ver auténticos mercados navideños y porque más que mal, quería ver a mi tía y su familia.

Les presento el Reibekuchen
Y oh my, mercados ví...y hartos. De hecho, pasé de nunca haber visto uno en mi vida (no creo que el de Londres cuente) a casi sobredosis. Fui a los mercados de Rudesheim, Mainz, Cologne, Hamburgo y Lubeck, siento el más lindo el de Mainz.  Ah, como amé Mainz...antes de Múnich,fue lo que más me había gustado en Alemania. Es la cuidad casi perfecta...no muy grande, con un casco histórico hermoso, una costanera agradable y toda la modernidad necesaria. Maravillosa descentralización Alemana que genera lugares vivibles como aquel.
Ahí fue donde probé el reibekuchen que mis limitados conocimientos culinarios describirán como una especie de masa de papa frita que se suele acompañar con puré de manzanas. Yup, manzana y papa...suena raro, pero funciona y no sabe nada mal. Y bueno, ahi aprendí que los Alemanes AMAN la papa (kartofell) y la comen en todas sus formas. 

Anyway, esta nueva pasada por el Rin me gustó más que la última, a pesar de haber sido "pleno invierno". Las comillas se deben a que durante todo mi viaje me toco un clima espectacular para estándares Alemanes. Sin nieve y siempre arriba de cero grados. Los Alemanes estaban de muerte, yo estaba feliz. ¿Qué tanto se preguntarán? Por eso de la Navidad una radio decidió cambiar "pino" por "palmera" en uno de los villancicos argumentando que era más representativo. Estoy segura que añoraban el vortex polar de los gringos.

En fin, disfruté la pasada por ahí. Por un lado, fue nice estar en familia y por otro, creo que las circunstancias en que decidí viajar fueron mejores que en el 2006. Resultado: positivo.

Poco después de navidad, emprendí rumbo a Hamburgo. 

Entrada a la Catedral
¿Pero Tracy, y Colonia? Ok, me referiré a Colonia en una palabra: CATEDRAL. Y es que en verdad por eso se destaca...es apoteósica, nada que decir. Si pueden, vayan...es grátis y es tan grande que los miles de turistas que la visitan ni molestan. Todo es alegoría, cada rincón tiene miles de detalles y los vitrales son bellos.  Sí hace falta alguien que te explique todo lo que estas viendo, vale la pena.

Ahora sí, Hamburgo.

Ok, reconozco que al inicio no me gustó y fue recién al tercer día que empecé a verle la gracia. Había recibido comentarios mixtos respecto de Hamburgo, siendo u amada u odiada. Y es que a primera vista no tiene mayor gracia. El puerto es impresionante, sí, pero es un puerto. El centro es agradable y son bonitos los lagos interiores, pero no son la gran cosa que digamos.


Sin embargo, fui sintiendo poco a poco como la ciudad me empezaba a agradar especialmente cuando me metía a recorrer los canales en el Spiecherstad (picture above), sector que me encantó en conjunto con el nuevo proyecto urbano en Hafen City. Quizás haya sido el sol que se dignó a salir hacia el final de mi viaje, o quizás el que me encantan los edificios de ladrillo, pero terminé apreciando Hamburgo y borrando las impresiones negativas.

(interludio)

Ya, a terminar este post ya que falló mi intento de ver Sherlock (un resfrío incipiente me tiene con cero paciencia parece...oscillococcinum ampárame por favor).

A ver...where was I? Ah sí, Hamburgo. ¿Les conté que en Hamburgo ví un dildo con la forma de la Torre Eiffel? No sé me ocurre algo menos práctico que eso...asumo que el target son hipster-sexuales-super-forward-thinking o que sé yo. Más anécdotas no recuerdo así que doy por agotado el tema.

Vista hacia Hafen City
Actually, sí recordé algo aunque tras el comentario del dildo es poco ad hoc, así que tendrán que perdonarme.
Una de las cosas que me marcó en Hamburgo fue la Iglesia de San Nicolás, o mejor dicho sus vestigios. En su época fue una iglesia gigante pero la Segunda Guerra Mundial la destruyo casi en su totalidad y la dejarón así como recuerdo a las atrocidades de la guerra. Es un lugar muy melancólico que invita a la reflexión y a recordar todo lo que Alemania ha sufrido y también superado...y lo que hizo sufrir. Me quede sentada ahí un buen rato, contemplando el espacio vacío y reconozco que el lugar logra conmover.

Eso con Hamburgo...pero si recuerdo algo más que valga la pena lo meteré de alguna forma en el post siguiente.
Pasemos rápidamente a Lübeck, ciudad al Norte de Hamburgo que se promueve como medieval. Digo se promueve porque en verdad de medieval tiene poco y nada...in fact, estoy convencidas que el concepto de medievo Alemán es lo que vendría a ser el siglo XIX para la mayoría.


Sin embargo, amé sus calles de cobblestone (se me fue la palabra en español, sorry) y disfruté mil un museo de marionetas que tiene. Sí, leyeron bien. No fui a casi ningún museo durante mi viaje Alemán pero por alguna razón este me llamó la atención. Cuatro pisos sobre los orígenes de las marionetas en distintas partes del mundo...y cuando digo de todas partes, I mean it. Ví un par proveniente de Afríca que ni me imaginé que podían existir y quede re-motivada para asistir algún día a un show de marionetas en Tailandia.

Del resto de Lübeck, no recuerdo mucho...ya, ¿Se nota aún que no fui muy fan del Norte? Una cosa es poder apreciar algo y lo otro es que te entusiasme. A mi sinceramente no me entusiasmo mucho ni Hamburgo ni Lübeck. En gustos no hay nada escrito dicen y bueno, no todo me puede encantar.

Pero igual bien, porqué el viaje fue mejorando y mejorando...creo que hubiese sido triste empezar por el Sur y terminar en el Norte.

Y ya se viene el resto del viaje...mientras tanto, les dejo mi recientemente inaugurado flickr.

http://www.flickr.com/photos/tracy_cl/

Feliz :)


pd: ni idea porqué el formato esta tan extraño y con colores diferentes...sooooorry.