Todo
empezó producto de una divagación, de esas que surgen a veces de la nada cuando
se esta en confianza y se ha hablado todo. “Quiero una apocalipsis zombie, que
aparezca Godzilla o no sé, ver OVNIS”, recuerdo haber dicho en un determinado
momento blasé…aburrida de una vida poco exciting
donde hace tiempo ya no pasaba nada.
“En Vilches, cerca de Talca están promocionando harto ka Ruta Ufológica, podrías ir ahí”, me respondieron.
“En Vilches, cerca de Talca están promocionando harto ka Ruta Ufológica, podrías ir ahí”, me respondieron.
Unas
semanas y dos buses más tarde, llegaba a la entrada de la Reserva Nacional
Altos del Lircay, ubicada en Vilches Alto, a dos horas de Talca. Si bien entre
los dos tramos acumulamos cinco horas en total, estaba entusiasmada con la idea
de iniciar lo que sería mi primer camping de verdad en…siempre (no considero el
del desierto del Año Nuevo en Egipto dado a que nos dieron y armaron todo).
Mi yo
actual, al escribir esto, se ríe un poco.
Are we there yet? |
Digamos
que mi primera impresión fue penca. Para llegar a la administración tuvimos que subir una hora por una
camino polvoriento, a pleno sol y sin sombra visible, que logro desanimarme a
los primeros quince minutos. Yup, así de poco me duro el entusiasmo, haciéndole
honor a mi falta de experiencia outdoors
y mi plasmada sedentariedad. Mi falta de estado físico me rogaba volver a mi
calida cama en Santiago, alejada de todo esfuerzo.
Y sin
embargo, seguí, llegando finalmente a la administración de la CONAF, punto de
partida para lo que sería mis tres días en Vilches.
Me
gustaría comentar un minuto lo amable que son los guardaparques y los dispuestos
que están en ayudar y orientar. Realmente un siete, a pesar de que su concepto
de espacio-tiempo disto muchísimo del mío (son dos horas para llegar a x punto,
que en realidad eran más como 4 horas).
De ahí,
mi impresión del lugar empezó a cambiar drásticamente. El polvo desapareció para
dar lugar a altos bosques de un verde intenso y abundante… tengo que admitir que desde ahí y
durante toda mi estadía, no pare de creerme en El Señor de los Anillos.
Los bosques en su gran mayoría son de robles |
Mas
felizmente recorría los senderos, tomando fotos e imaginándome hobbit, mi pobre
pololo sufría a mis lados cada subida y bajada. Por alguna razón que hasta el
día de hoy no logro entender, decidió que él cargaría con todo lo pertinente al
camping. ¿Acto de extrema caballerosidad o insensatez máxima? Me quedo con
insensatez máxima con un dejo de caballerosidad. Treinta kilos en la espalda en
un camino empinado le arruina la vista (y los hombros) a cualquiera.
Inicialmente
el plan era llegar al camping I para comer algo y de ahí seguir al camping II.
Esta demás decir que colapsamos en el I.
El resto de la tarde fue dedicado a buscar agua al río (en verdad no hay nada mejor que las frescas aguas proveniente de la Cordillera), armar la carpa e instalarnos.
Llegada
la noche, me encontré con que el cielo se había nublado, opacando la promesa de
espectaculares constelaciones y la posibilidad de ver OVNIS. De hecho, les
adelanto que las dos noches que estuve ahí, no vi ni una estrella, aunque me
dicen que por esos lados son LO espectacular.
Nuestro asentamiento |
Lección
I: comprar buen saco de dormir para evitar el gélido frío nocturno. Mis pies
especialmente lo agradecerán. Oh, y grabar los extraños sonidos que se escuchan
en la noche ya que son imposibles de describir (lo más cercano que se me ocurre
es que sonaba a dialogo entre un platillo volador y un chimpancé…Esteban me
dijo que era un pájaro pero me cuesta imaginar que tipo de pájaro podría emitir
ruidos así).
El
segundo día estaba planificado como día de trekking y Dios mío que
caminamos…más de 8 horas (la mayoría en subidas empinadas) casi sin parar, por
senderos que claramente eran para personas más experimentadas.
¿Cómo
sobrevivimos? Nuevamente, la vista. Y es que cada paso que hacíamos revelaba
maravillosos paisajes que nos dejaban en constante contemplación.
Subiendo el cerro |
Bosques,
valles, cerros…lugares cuya magnificencia apenas pudo ser captada por mi
cámara.
Fue ahí
que realmente entendí porque hay gente que opta por quedarse y recorrer
Chile…los paisajes que ofrece este país no tienen nada que envidiarle a nada ni
nadie.
Lección
II: Si vas a un lugar llamado Laguna del ALTO que esta en ALTOS del Lircay, que
a su vez esta en la Cordillera…no deberías de sorprenderte que todo el camino
sea en subida y que el viento empiece a soplar implacablemente a medida que
coges altura. Por alguna razón, mi cerebro no computo esos factores.
Luego
de cuatros horas escalando, llegamos a la famosa laguna del Alto, ubicada en le
medio de una impresionante formación rocosa.
Dicen que una imagen vale mil palabras así que mejor les dejo una foto…y créanme, no le hace justicia.
Dicen que una imagen vale mil palabras así que mejor les dejo una foto…y créanme, no le hace justicia.
Laguna del Alto |
Lamentablemente
a estas alturas mis rodillas habían empezado a ceder y no llegue hasta la
laguna misma. Sin embargo, no me arrepiento ya que muchas ganas de bañarme en
ella no tenía. Pero sí descansamos un rato mientras que yo insistía en que
Peter Jackson podría haber perfectamente filmado la Trilogía por estos lados.
De ahí,
emprendimos al famoso Enladrillado, conocido por albergar el mito de ser una
plataforma de aterrizaje extraterrestre. Para mi, tanto el camino para llegar
ahí como el lugar en si serán recordados como una de las caminatas más lindas
que me ha tocado realizar en mi vida, a pesar del intenso dolor que arremetía
contra mis abusadas rodillas.
Lección
III: HACER EJERCICIO
Enladrillado con vista al Descabezado |
Pero de
lejos lejos lejos, lo más destacable fue la vista. Majestuoso se alzaba el
volcán Descabezado desde las entrañas de una imponente y nevada cordillera. Era
como estar en un documental del National Geographic.
Yo
simplemente me senté y admire, más no quería hacer. De hecho, creo que me
hubiese quedado ahí toda la noche si no fuese por el insistente viento y la
falta de albergue.
Lección
IV: No todo lo que dice ser sendero lo es.
El
descenso fue lo más duro de todo el viaje, tanto por el esfuerzo físico
(realmente mis rodillas ya no daban más) como por el difícil sendero y el clima
que iba en desmejora. Pero se logro, más que nada gracias a la templanza de mi
chico que en ese momento desplegó toda su experiencia scout y una tranquilidad
envidiable.
El olor a bosque recién llovido es genial |
Lección
V: La gente en los camping es infinitamente amable y solidaria.
Ya
abajo, nos ofrecieron de todo, desde comida hasta albergue. Realmente el
ambiente que se crea es maravilloso y uno se siente muy acogido.
Y
bueno, la noche, como era de esperarse, fue llovida. Aunque más que lluvia, lo
llamaría diluvio. Extrañamente y a pesar del frío, me gusto eso de escuchar las
gotas caer a mi alrededor. Le dio todo un toque místico a una jornada que ya
había superado todas mis expectativas.
El
desenlace fue tranquilo…una caminata de madrugada por un bosque anieblado y una
cabalgata de regreso hacia nuestro punto de partida.
¿Volvería?
Sin duda pero en otoño cuando dicen que los bosques se visten de amarillo,
naranjo y rojo…y contrataría caballos. En cuanto al camping, me quedo
gustando bastante y espero que no sea mi última vez…eso sí, con saco de dormir
pro. En fin, si tienen la posibilidad de visitar, háganlo que no se arrepentirán...y quien sabe, quizás sí vean los OVNIS que no pude avistar.