Sunday, January 26, 2014

Año Nuevo en Berlin

Ya, vaaaamos por Berlin.

Pues no sé porque se me metió que debía de pasar Año Nuevo en Berlin cuando ya tenía casi todo el viaje planeado. Ah, y como el viaje ya lo había planificado muy encima (viva la espontaneidad no-europea), podrán imaginarse que fue CASI IMPOSIBLE encontrar un lugar donde alojar.  Los sitios web me decían que Berlin ya estaba ocupado en 83% y lo que quedaba estaba lejos lejos. Pero el que busca encuentra y terminé alojando los primeros días en un hotel ubicado en pleno barrio gay. 
Recuerdo que cuando lo vi de afuera casi muero pero adentro era de lo más cute. Lo mejor: el desayuno exquisito y mega contundente...y el que la dueña le echara cardamomo al té; una idea brillante que he querido repetir en Londres pero sin éxito ya que en ninguna parte he visto cardamomo (concedo que sólo he buscado en supermercados chicos en todo caso).
Anyway, el barrio resultó ser de lo más seguro y tranquilo y muy muy muy central. De hecho, mucho más central que el hostel al cual me cambié después de año nuevo.

Now, hablemos de Berlin.

Berlin es mil cosas a la vez. Por un lado centro de lo "cool y avant-guarde" pero por otro lado,  telón de algunos de los eventos históricos más importantes del siglo XX. Berlin no es una ciudad rica pero sin embargo, es el centro del sostén económico de la Union Europea. Nunca aburre, pero sí puede agotar.

Memorial a fallecidos cruzando el muro
Memorial a los Judíos matados durante la SGM










Yo tenía expectativas muy altas, pero muy muy altas. Pensé que Berlin me iba a aplastar con su presencia y no fue así, para nada.  ¿Quizás por vivir en Londres? ¿Quizás porqué es más ciudad de carrete intenso? La verdad, no sé.

Pero la historia...eso sí que me encanto. No sabiendo donde empezar, y cachando ya que la Lonely Planet servía poco y nada, me metí a un "free walking tour" el mismo 31 de Enero, dado que tenía par de horas que matar antes de las celebraciones. Fue lo mejor que pude haber hecho, mas porque me ayudo a ubicarme y no porque el tour haya sido muy bueno que digamos. Supe donde ir, que ver, y la relevancia histórica de lugares a primera vista muy insignificante (por ejemplo, el bunker de Hitler hoy está debajo de un parking, y no, no está abierto al publico porque los Rusos lo llenaron de cemento).

Alemania es historia, a pesar de lo poco que lleva como país unificado. Tristemente, no siempre ha sido una buena historia y eso también se nota en cada rincón del la ciudad. Hay memoriales para todo en un esfuerzo de compensar por las atrocidades cometidas. Constantes recordatorios de sus grandes errores. Eso igual me dio pena...mucho memorial a lo malo, casi ningún reconocimiento al hecho que ha podido sobreponerse hasta convertirse en la potencia que es hoy. Los Alemanes deberían de estar orgullosos de su hermoso país y logros, pero el miedo (y medio) les impide. 
Una guía en Munich, que también es profesora de inglés en un colegio, nos contó que a los niños se les enseña a disociarse del orgullo nacional y que muchos no se atreven a decir que aman su país. Igual fuerte que al amor a tu patria tenga connotaciones tan cuaticas por estos lados.

Pero bueno, regresemos al último día de diciembre. Del tour no saqué fotos ya que quería escuchar y el precio pagado es que tengo pocas fotos de mi pasada por Berlín. Tendré que confiar en mi retina y mi memoria no más.

Ok, fast forward...AÑO NUEVO.

I was there- Berlin 2014
Recordemos que estaba sola en Berlin. Recordemos que aun no conocía a nadie porque estaba en un hotel y no en el hostal todavía. No, mentira. Conocí a una familia española en el hotel quienes me confesaron al día siguiente que me habían tratado de ubicar para invitarme a pasar el Año Nuevo con ellos...TIERNOS. Pero bueno, no fue.
Por otro lado, andaba en Berlin una compañera de magister que me había invitado a una fiesta de un amigo de un amigo de un amigo.  
Hacia allá me estaba dirigiendo cuando al ultimo minuto decidí ir a Brandenburg Tor.  Y es que, ¿ Cuantas veces en la vida se está en Berlín para Año Nuevo? Había que ir donde las papas queman, right?
Pues esa fue mi reflexión-no-muy-meditada y la razón por la que terminé en la fiesta más grande del mundo.

La previa en si me tenía algo chata y añorando el calor sureño...gracias a Dios el clima en Europa había estado soportable pero igual la noche se ponía helada y ese día puta que hizo frío. Tras 4 horas de espera ya ni sentía mis pies y todos la música alemana sonaba igual. Pero chau, ya estaba ahí y dentro de todo, feliz. Además, y como suele pasar, conocí a una pareja simpática de turistas lo cual ayudo a que las horas pasaran más rápido.
Y marcaaaaaaron las 12. WILLKOMMEN 2014!!!

Los fuegos artificiales fueron geniales (pero cortos) y estuvieron justo del lado donde me había instalado...SO MUCH WIN. Les dejo un video que encontré en youtube y os invito a imaginarme metida ahí entre más de un millón de personas.



Y la salida...oh my.

Ok, había escuchado que en Berlin tenían una predilección por los fuegos artificiales para "Silvester", pero se paso.

Sony Center en Postdamer Platz,
en un día normal
Picture this: miles de personas, humo por todas partes hasta el punto de no poder ver casi nada, explosiones para romper el oído e imbeciles absolutamente curados lanzando todo tipo de fuegos artificiales, sin siquiera ver DONDE los lanzan.
Es una zona de guerra, y no, no exagero. Todo lo que se imaginan de Alemania se va al Diablo. La policía desaparece, las familias corren de un lado a otro para evitar que le pase algo a sus hijos y la gente como yo, bueno....contempla este frenesí con una mezcla de espanto y fascinación. Sí, sentí miedo...pero tampoco salí corriendo cuando un par de idiotas decidieron que sería bakan quemar un árbol de navidad en el medio de Postdamer Platz. Y tampoco corrí cuando a centímetros mis pies explotaron unos petardos que me hicieron saltar de espanto. Pero era insostenible quedarse sin arriesgar muerte por asfixia (ese humo atroz por ls csm) o serias heridas así que al rato mi instinto de supervivencia se activo y me escapé de la locura.
O sea...así como escapar escapar no, porqué todo Berlin se vuelve una gran explosión de fuegos artificiales y alcohol. Pero bueno, el hecho que estoy escribiendo aquí es fiel testimonio que SOBREVIVI EL AÑO NUEVO EN BERLIN (debería de ser una polera). Ya nada es imposible.

Y si no me creen, lean esta nota que describe aun mejor el caos:
Y como ese tipo y a pesar del miedo, no me arrepiento ni siquiera un poco de haber elegido salir a la calle a celebrar.  Fue una locura, pero fue la raja.

Al día siguiente, Berlin era un vertedero de vidrio, cotillon y envases de todo tipo de fuegos artificiales habidos y por haber.  Decadencia pura.


Pero el resto de mi pasada por Berlin fue sumamente piola y turística, a pesar de no haber visitado casi ninguno de los museos tradicionales.  Me gusto mucho toda la onda RDA, las historias del muro (siempre me emociona ver videos de su caída) y la Guerra Fría.  Y la arquitectura soviética de la avenida Karl-Marx es downright impressive. 

Lo otro que me encanto fue el domo del Bundestag, al cual pude acceder gracias al único dato realmente util que me dio la LP,  que decía que había que reservar antes. Bueno, reservé y valió la pena. AMO ese tipo de arquitectura, y parece que amo Norman Foster también y sus voladas bakanes. Además que sentí que representaba realmente el alma atrevida, vibrante e innovadora de Berlin que se esconde tras tanto memorial.

Datos...la muralla esa tipica con murales es el East Side Gallery, a NO confundir con la parte de la muralla que llaman "Death Strip" (porqué ahi la politica era "aim to kill" si alguien trataba de cruzar) ni el pedazo que está por el sector del Checkpoint Charlie. Lo digo porque igual todas son parte de la muralla. Para serles honesta, he visto murales en Valpo mil veces más lindos que los del East Side Gallery...ya, sí, lo dije (pero es verdad).
Igual me lo caminé entero y muy pausada por lo que me perturbo un poco ver una turista japonesa filmar la muralla mientras la recorría muy rapidamente sin parar para contemplar nada.  Me da lata ese tipo de turismo express cuya política es "tomen fotos por doquier sin pensar porqué les aseguro que ni recordaran lo que vieron". Pero ya, filo. A cada uno lo suyo.

Cosas que deje fuera: Charlottenburg (meh), Alexander Platz (no le encontré ninguna gracia) y...bueno, en verdad vi harto más ahora que lo pienso pero preferí relatar lo que dejo una impresión.

¿Volvería? Quizás...creo que Berlin tiene mil que ofrecer y que no le saqué el merecido jugo. Pero al menos puedo decir que me dejo con inolvidables recuerdos.